viernes, 8 de noviembre de 2013

Reinterpretando la locura







Alegoría del triunfo de venus es una pintura manierista ejecutada al oleo sobre tabla por el artista italiano Angelo Bronzino. Posee unas dimensiones de 146 centímetros de alto por 116 centímetros de ancho y actualmente se encuentra en la Galería Nacional de Londres. .
Agnolo Tori o Angelo Bronzino, más conocido como El Bronzino o Il Bronzino, nació en Florencia  en 1503 y murió en 1573. Incursiono en el mundo del arte siendo discípulo de Pontormo e influenciado por Miguel Angel. Fue pintor de cámara de  la dinastía Médicis, primer gran duque de Toscana, y uno de los retratistas más representativos del manierismo.  Realizó para los Médicis, decoraciones en el Palacio Viejo (capilla de Leonor de Toledo, 1555-1564), y numerosos retratos de aparato (Leonor de Toledo y su hijo Fernando I Uffizi; Cosme I, galería nacional de Londres; García de Médicis, Prado). Pintó, asimismo, cuadros de tema mitológico, alegórico y religioso. 
El manierismo (A la manera de los grandes maestros), movimiento artístico al cual pertenece la obra, surgió como la rebelión de los nuevos artistas de la época ante los modelos clásicos y perfectos que habían impuestos los maestros renacentistas. Los nuevos pintores trajeron cierta libertad con sus obras, dejaron a un lado los cánones de la perfección y ejecutaron figuras humanas con posturas irreales, fingidas, de extremidades graciosas, de cuerpos alargados y cabezas pequeñas. La paleta cromática también se transformo y dio paso a colores fríos, sombríos y toques artificiales. Este movimiento surgió en el alto renacimiento, 1560, en Venecia y Roma gracias a los mercaderes y papas respectivamente, extendiéndose hasta los principios del barroco en el año 1600.
Entrando en el análisis de la obra La Alegoría al triunfo de Venus, cabe destacar que los temas principales de la pintura son el amor prohibido, el erotismo, la envidia y los celos. Evidenciados en la diosa girando su cabeza para dar un beso a Cupido y sosteniendo una manzana en su mano izquierda, mientras otros personajes manifiestan su ira frente al acto.

En cuanto el análisis que los expertos le han hecho a la pintura se puede inferir la función que cumple cada uno de los personajes en la alegoría y es la siguiente: La composición muestra en el centro a Venus, la diosa pagana del amor, desnuda; sostiene con su mano derecha una de las flechas de Cupido y con la izquierda una bola de oro. Su hijo, el joven Cupido alado, la abraza de una forma muy sugestiva y erótica: besándola en la boca abrazándola por el pecho y la cabeza. A la derecha del grupo central encontramos un niño con cara de felicidad que, según los expertos, representa el Placer: es un "putto" que se dispone a tirar un manojo de rosas; esta figura infantil lleva cascabeles en los tobillos y ha pisado un haz de espinas con el pie derecho. Le sigue una extraña joven vestida de verde que deja entrever bajo el vestido un cuerpo en forma de serpiente enroscada que tiene en las manos una bresca y una zarpa de ave de presa. Probablemente simboliza el Engaño, una calidad desagradable -de aspecto encantador, pero detestable bajo la superficie- que suele acompañar al Amor. A la izquierda del grupo central, recortado por el perfil del cuerpo y de la ala de Cupido, aparece un personaje que se arranca los cabellos con las manos, y tiene un rostro crispado por una horrible mueca. Representa los Celos, esta mezcla de envidia y desesperación que también a menudo acompaña al Amor. Las dos figuras principales se encuentran sobre un fondo compuesto por una tela azul y un cojín de seda roja, detrás del cual aparecen, en la parte superior, dos figuras levantando una cortina que, por lo que parece, escondía la escena. El hombre es el Padre Tiempo, tiene alas y lleva su simbólico reloj de arena. Es el Tiempo, quien advierte sobre las múltiples complicaciones que acechan al tipo de amor lujurioso aquí representado. La mujer de perfil situada delante de él a la izquierda, que por el hieratismo de su rostro parece llevar una máscara similar a las que se encuentran a los pies de Venus, se interpreta como la Verdad; es quien desenmascara la difícil situación de terrores y placeres que, inevitablemente, conllevan los dones de Venus. Malins, F. (1983), Mirar un cuadro. Madrid. H. Blume.Woodford, Susan (1985), Cómo mirar un cuadro. Barcelona. Gustavo Gili. http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/percepcions/perc65.html).

lunes, 9 de septiembre de 2013

Artistas de la Locura



Adolf Wölfli (Berna, Suiza, 1864)

Adolf Wölfli, renombrado pintor psicótico, fue un esquizofrénico de extrema gravedad y excepcional talento. Wölfli produjo una voluminosa obra de notable impacto estético. Nació en Berna en 1864 y tuvo una vida miserable. Era hijo de una trabajadora doméstica que solía ejercer la prostitución y de un obrero alcohólico. A los 8 años quedó huérfano. Su infancia fue marcada por la miseria y por la crueldad, casi como en una novela de Dickens.

A los 18 años, deprimido, angustiado, ya psicótico se lanzó al vagabundeo y al delito. Perdido en el autismo, alucinado y delirante, querellante y violento, fue internado en la clínica psiquiátrica de Waldau en Berna.

Adolf Wölfli pintó una notable metáfora artística de la locura. Transmite el efecto onimoso y traumático de un lenguaje incomprensible, con un sentido perdido o que nunca tuvo sentido. El arte, de alguna forma, suaviza la crueldad, la penuria, el horror y la penuria pero de manera frustrante no alcanza el fuerte deseo de comunicar.
Si comunica, por otra parte, algo de la naturaleza loca, psicótica, del mundo incomprensible de Wölfli.
Adolf Wölfli pintó trozos de su vida interior y también fragmentos de la historia de la comunidad y de su cultura, de su música, de sus castillos, de sus ideales y horrores.












Aloïse (Lausanne, Suiza, 1886)

Es la artista psicótica que alumbra la entrada al Museo de Art Brut de Lausanne Y que pintaba sin cesar en el psiquiátrico donde estuvo encerrada más de 40 años. Aloïse fue una excepcional colorista. Obedecía a la llamada atractiva e irresistible de los colores, los trataba, los modulaba y las formas y el dibujo de sus obras seguían las órdenes del color.

Alöise era una mujer tímida, llena de escrúpulos y pudores (sexualidad reprimida), con claras dificultades afectivas y de comunicación.

La imaginería pictórica de Aloíse se nutría de historias de amor literarias e históricas (Cleopatra, Josefina, la Bella Otero, María Estuardo...). Sus pinturas tenían una importante carga erótica de fuerte impacto estético.








Palanc

Palanc un panadero solitario, paranoide y depresivo, fue también un interesante pintor psicótico no hospitalizado descubierto por J. Dubuffet (1964) y su Compañía de Art Brut. Fue un escriturista especializado en construir alfabetos imaginarios y en darles un dibujo secreto a las letras y supuestas palabras que inventaba. La pintura de Palanc consistía sólo en letras de su propia invención.

Lo que Palanc, intentaba expresar en sus dibujos eran las emociones que no podía conocer y no podía experimentar.





El art brut

Los iniciadores de la idea del arte "brut", Jean Dubuffet, Breton, Tàpies, Ratton, confrontaron el arte convencional (tanto clásico como moderno), ligado a una cultura elevada y oficial (las obras generalmente apreciadas) con un arte realizado por autores espontáneos sin formación artística, alejados de ambientes sofisticados e intelectuales.

Destacaron en el arte "brut" el valor creador y renovador de lo salvaje. Los artistas del arte "brut" apuestan por un arte realizado como una fiesta placentera en la que todo el mundo participa y que sirve para el diálogo y desarrollo del espíritu de todos los participantes. Un juego por encima de un trabajo, la creación es más importante que la formación, la información académica o la imitación.

Dubuffet pensaba que las obras artísticas exteriorizaban la operación artística pura, bruta, reinventada por el artista a partir de sus impulsos....

El arte brut, para Dubuffet, nacía referido y enlazado con la idea de actos artísticos espontáneos, originarios, inéditos.

Un fuerte espíritu innovador (corrientes artísticas innovadoras) se vislumbra en las obras de arte brut de la mano de algunos artistas tales como el mismo DUbuffet o el danés Asger Jorn del Grupo Cobra, entre otros muchos.








Caravaggio

La vida y obra de Michelangelo Merisi, llamado el Caravaggio, se desarrollaron entre luces y sombras. Desde lo sombrío de sus existencia surgió la claridad de su arte.

Su conducta turbulenta, irregular y agresiva, le llevaron hasta el crimen. En contraposición, la belleza de su pintura.

La actividad artística de Michelangelo Merisi, el Caravaggio, fue esencialmente renovadora. Llegó a planos revolucionarios. Incluso inaugurando un nuevo estilo: el barroco.

El Caravaggio apuesta en sus cuadros por la verdad natural, la realidad que construye como artista se encuentra en las calles, plazas, mercados, ferias, tabernas... Lo atraen, sobre todo, los habitantes de la noche, los que en medio de las sombras son iluminados por candiles, faroles y la luna. Estos personajes son su modelos para cristos, vírgenes, santos, ángeles. Es la humanización del arte religioso, su desacralización... es la poesía de Caravaggioinspirada en la realidad desde una postura antiacadémica y antieclesiástica.








Van Gogh

Su vida y su forma de pintar, estrechamente relacionadas, escalonadas de crisis e innovaciones esteticas, han hecho de Van Gogh uno de los creadores más excepcionales de la historia del arte.

La función creadora de la pasión , el éxtasis, el frenesí, la angustia y la desesperación e reflejan y dan vida a la obra de Van Gogh.

Como otros artistas, Van Gogh murió joven, como si no hubiese podido preservarse del deseo intenso de amar y sufrir para crear. La unión entre la creatividad y la destructividad (la aceleración hacia la muerte) está presenta en la vida y obra de Van Gogh.






Carpaccio

Carpaccio es uno de los pocos artistas del Renacimiento que pintó un tema de la locura y lo hizo en el cuadro "El milagro de la reliquia de la Sta Croce". La obra artística que dejó este pintor sabio y erudito hace pensar que tuvo una comprensión inteligente o al menos una visión estética y reflexiva de los sufrimientos depresivos que el mismo padeció.

Carpaccio fue uno de los más extraordinarios pintores del Renacimiento y sus cuadros dejan una imagen imborrable y poderosa. Carpaccio hace apreciar muy directamente la incoherencia, el aislamiento y el extrañamiento que hay en el hombre. Nos transmite la dificultad de sar cohesión adistintas corrientes estéticas, nos introduce en sus padecimientos y nos propone imaginar la fuerza creativa que nace de la contradicción.



Tomado de http://www.artedehoy.net/html/creatividad.html

La locura

La locura a través de la historia....


La locura se define y se trata en cada cultura y en cada época de la historia de forma diferente y particular, según las ideas de la época. La locura puede ser vista como un dato histórico y social.





En la antigüedad era común creer que la locura era sagrada,  obra de los dioses.  Las divinidades enviaban la locura, como castigo o como venganza. En esta época, las personas no eran culpabilizadas por su trastorno; eran más bien consideradas como víctimas inocentes de fuerzas sobre las que no tenían control alguno.


Antigua Grecia

Tres dioses de la mitología griega estaban asociados a la locura: Até, Manía y Dionisos.


Até  era la diosa de la ruina y la insensatez. Personificaba las acciones irreflexivas y sus consecuencias, o los errores cometidos por hybris, o prepotencia. Los antiguos griegos creían que estas acciones inevitablemente llevaban a los hombres a la perdición o la muerte.





La diosa Manía era la personificación de la locura. Era enviada a los que no observaban las leyes sagradas y los volvía locos. Era ella la que empujaba a dioses y héroes a las catástrofes, y los impulsaba a cometer crímenes.








En la mitología clásica, Dioniso (en griego antiguo Διώνυσος Diônysos o Διόνυσος Dionysos) es el dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».

Fue también conocido como Baco (en griego antiguo Βάκχος Bakkhos) y el frenesí que inducía, bakcheia. Es el dios patrón de la agricultura y el teatro. También es conocido como el ‘Libertador’ (Eleuterio), liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. La misión divina de Dioniso era mezclar la música del aulós y dar final al cuidado y la preocupación. Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos.

Las fiestas dionisíacas del siglo XXI serían las prácticas que realizaban los discípulos de Dionisio Sin embargo los poseídos por “la fiesta” no son considerados como “locos” en la actualidad.






Edad Media: 


Con el advenimiento del cristianianismo, la locura fue conceptualizada como sinónimo de pecado, defecto moral. Se consideró la locura como el resultado de una posesión o un pacto con el diablo, como un efecto de la brujería.

El loco era considerado como alguien controlado por las fuerzas del mal, el exorcismo era el tratamiento utilizado.
En la Antigua Roma y luego en la Edad Media el loco no puede hacer promesas, ni tener palabra, ni testimoniar. Está asociado por estas incapacidades, al mudo . Se trata ante todo, de proteger los intereses materiales de los parientes. Numerosas incapacidades jurídicas se le imponen al loco.



 No puede disponer de sus bienes, de los que se encargarán sus parientes o su tutor; no puede rendir testimonio ante tribunales, ni hacer contratos. Sus promesas son nulas. A cambio, los parientes del loco deben garantizar su subsistencia y su guarda, en la medida en que se lo permitan las circunstancias económicas y su rango social. La incapacidad del loco debe ser declarada por la justicia, frecuentemente a petición de los parientes. Los locos extranjeros, sin sostén familiar, son expulsados pura y simplemente, a veces después de haber sido azotados.

 En la alta Edad Media, surge un enfoque “médico” de la locura. Se cree que los locos tienen una piedra en la cabeza -la piedra de la locura- que origina su mal. Realizan, pues, operaciones quirúrgicas, para extraerla. EL BOSCO, La extracción de la piedra de la locura





Más tarde surgiría una bestial práctica llamada lobotomía que consistía en interrumpir la corteza frontal del cráneo con el cerebro.
Renacimiento 

Con la llegada del Renacimiento se acaban los exorcismos y las trepanaciones de cráneos. Se opta por erradicar a los locos, sacarlos de la ciudad, de las calles, del espacio público, en un movimiento centrífugo. Se les deja recorrer los campos apartados. Otros son librados a su suerte en un barco sin timón ( stultifera navis ).

el barco de los locos



Edad moderna

Comienza la época de encierro, en los asilos y los hospitales generales. Los médicos cuentan con pocos conocimientos acerca de la locura y los espacios institucionales especializados no existen. Los espacios de la locura son compartidos por delincuentes, desertores, prostitutas, borrachos, etc. 



En la Edad Moderna se clasifica a los locos en 3 grupos: furiosos, deprimidos y tranquilos . A los furiosos , se los amansa mediante ayunos, palos y duchas frías. De no resultar, se los instala en el cepo. Como última medida, se les fija a un muro, mediante una cadena corta.
La costumbre de encadenar a los que padecen un trastorno mental sigue vigente en algunos lugares. 




En el siglo XVIII comienza a darse un trato más humano a los enfermos mentales. En París, Philippe Pinel, director del Asilo de La Salpêtrière, libera de sus cadenas a los enfermos aherrojados y confinados.


En el siglo XlX es finalmente considerada como una enfermedad. A partir de Pinel, el “loco” deja de ser considerado como un “ insensato ”, al cual no hay que escuchar ni atender, pues es completamente ilógico. Pinel explica el origen de las enfermedades mentales por la herencia y las influencias ambientales. Propone la creación de un cuerpo especializado de médicos, dedicados a la atención de los “alienados”. Pinel propone una “terapia moral”. Comienzan los avances en el conocimiento de la enfermedad mental.